Revisado 23/03/2022
La tuberculosis es una enfermedad grave y contagiosa, pero que si se siguen las recomendaciones del médico y de su equipo de salud y hace el tratamiento indicado tiene cura. No sólo afecta al pulmón, también puede desarrollarse en otro órganos.
La tuberculosis pulmonar está causada por una bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis, también se conoce por bacilo de Koch, la enfermedad se desarrolla de forma lenta, durante semanas o incluso meses. El bacilo entra en contacto con la persona sana mediante el aire, si una persona con tuberculosis activa tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos y las personas que están en contacto con ella pueden inhalar estos bacilos y contraer la enfermedad. No todas las personas que entran en contacto con el bacilo tuberculoso desarrollan la enfermedad.
¿Qué pasa cuando nos ponemos en contacto con una persona con tuberculosis?
Una vez que nos hemos puesto en contacto con el bacilo, por vía aérea ( no por compartir utensilios de comer, dar la mano…) puede ocurrir lo siguiente.
- Que no se produzca infección. No hay enfermedad ni riesgo de que se desarrolle en un futuro, a no ser claro que posteriormente haya nuevos contactos con personas que tengan la enfermedad.
- Que las bacterias entren en contacto con nuestro organismo y quede infectado pero que no se desarrolle la enfermedad, a esto se llama tuberculosis latente o persona infectada- contagiada, pero no tiene la enfermedad activa. No tiene riesgo de contagiar a otras personas. En estos casos sí se puede llegar a desarrollar la enfermedad en un futuro, principalmente por algún problema del sistema inmunitario. Hay entre un 5%-15% de posibilidades de desarrollar la enfermedad en un futuro, siendo este porcentaje más alto en personas con VIH, personas con desnutrición, diabetes, fumadores, con tratamientos inmunosupresores o personas con el sistema inmunitario dañado.
Según la OMS un tercio de la población mundial tiene tuberculosis latente
- Que las bacterias entren en contacto, infecten y se reproduzcan y provoquen una tuberculosis activa. Una vez que las bacterias están activas y causan la enfermedad sí pueden contagiar a los demás, especialmente los que pasan más tiempo con ellas y las personas que están inmunodeprimidas o todavía el sistema inmunitario no está maduro como es el caso de los niños.
En estos casos es muy importante detectar la enfermedad lo antes posible para poner tratamiento, en beneficio de la persona enferma y para poder prevenir el contagio de nuevas personas. Una vez empezado el tratamiento disminuye la posibilidad de contagiar a los demás.
Cuando el bacilo entra en el alvéolo se pone en marcha el sistema inmunitario, la misma respuesta de este, para destruir a los bacilos, provoca lesiones en el tejido pulmonar y produce una forma muy especial de necrosis llamada caseosa, por el parecido que tiene con algunos quesos.
La probabilidad de contagiarse depende de varios factores como son la virulencia de la bacteria, el estado de salud de la persona todavía sin contagiar, la edad o las horas pasadas con la persona enferma, es más fácil contagiarse al compartir espacios cerrados y poco ventilados contagio de la tuberculosis.
Los síntomas más comunes son:
Tos con expectoración, algunas veces con sangre, cansancio, fiebre o febrícula , pérdida de apetito y de peso, sudores nocturnos, dolores torácicos. Aunque al principio de la enfermedad suele haber pocos síntomas, es más adelante cuando aparecen y como ven son síntomas comunes a más enfermedades.
Diagnóstico:
Junto con los síntomas, el médico hace una valoración del paciente, teniendo muy en cuenta si ha tenido contacto anteriormente con alguna persona con tuberculosis.
Las pruebas más habituales que se piden son:
Prueba de la tuberculina también llamada PPD o Mantoux
En algunos casos análisis de sangre Detección de gamma-interferón (IGRA)
Radiografía de tórax.
Análisis de esputo. Se recogen muestras de la expectoración, preferiblemente de tos espontanea, pero en los casos que no se consigan esputos, en adultos, se puede hacer una broncoscopia para tomar muestras mediante un broncoaspirado y lavado alveoloar.
Tratamiento:
Es diferente el tratamiento en la tuberculosis activa que en la tuberculosis latente.
Para poder curar la tuberculosis se ha de seguir de forma muy estricta el tratamiento, este es largo y en algunos momentos puede resultar complicado, pero debemos saber que si no se hace de la forma correcta nuestra salud estará en peligro y no solo la de la persona que la padece sino la de los familiares, amigos y personas que se relacionen con la persona enferma.
Uno de los problemas más serios y que resulta una amenaza permanente para la salud pública son las resistencias que se están creando a algunos medicamentos para la tuberculosis y uno de los motivos principales es el abandono del tratamiento sin haberlo completado o hacerlo de forma irregular.
A las dos/tres semanas de hacer el tratamiento existe mucho menor riesgo de contagiar a otras personas.
El tratamiento es la combinación de varios antibióticos. No todas las personas van a tomar los mismos medicamentos ya que depende de si son efectivos o hay resistencias, tampoco la duración del tratamiento va a ser la misma en todos los pacientes, es importante que siga la pauta que le ha mandado su médico, de forma orientativa puede ser que durante los dos primeros meses tome una combinación de bactericidas, que hacen que se destruyan los bacilos de crecimiento rápido y durante otros cuatro meses continúe con otra combinación de fármacos. Los fármacos más utilizados isoniacida, rifampicina y piracinamida y etambutol durante dos meses, seguido de isoniacida más rifampicina durante los últimos cuatro meses.
Como todos los medicamentos, pueden tener efectos secundarios, consulte con su equipo de salud en caso de notar alguna molestia, generalmente son molestias leves, pero hay casos en los que hay que suspender el tratamiento debido a la toxicidad que pueden producir en el hígado. Durante el tratamiento se lleva un control continuado con analíticas de sangre para ver cómo está y si se están produciendo efectos tóxicos. Una de las medidas que deberá tomar es no beber alcohol efectos secundarios
La rifampicina, medicamento usado para el tratamiento, puede teñir de naranja la orina, también el sudor y las lagrimas, no se asuste es normal.
Cuidados
Además de tomar la medicación tenga en cuenta lo siguiente:
Es importante acudir a las citas con el equipo de salud, se le hará un seguimiento para comprobar que no hay problemas con la medicación y que su curación está yendo de la forma esperada, además de resolver las dudas pueda tener.
Como en la mayoría de las enfermedades es importante un cuidado general, seguir unos hábitos saludables le ayudarán a recuperarse antes.
Hasta que no lleve unas semanas con el tratamiento usted puede contagiar la enfermedad, por lo que debe ser muy cuidadoso al toser o estornudar, utilice un pañuelo de papel para taparse la boca y luego tírelo mejor en una bolsa de plástico y cerrándola después.
Airear el dormitorio y es preferible no compartirlo hasta que le digan que ya no hay peligro de contagio. La ventilación y airear la casa son medidas de prevención para evitar el contagio.
No fumar, el seguir fumando agrava la tuberculosis, además de que al provocar tos hace que pueda contagiar más.
No beber alcohol.
No tomar drogas.
Descansar bien, es aconsejable que descanse después de comer
Cuidar la alimentación. La desnutrición y la tuberculosis está muy asociada, cuando hay desnutrición el sistema inmunitario es deficiente y hay más probabilidades de enfermar. El apetito se suele perder con la enfermedad, si esto ocurre es mejor fraccionar las comidas, comer más veces y menos cantidad. Se deben evitar ayunos largos porque esto puede provocar más molestias gástricas, náuseas o vómitos. Hacer una dieta equilibrada rica en calcio y vitaminas, si le mandan algún complejo vitaminado piense que es un soporte y no suple a ningún alimento.
Tomar el medicamento con el estomago vacío para favorecer la absorción, esperar media hora para comer. Es preferible tomarlo por la mañana y coger una rutina diaria para evitar olvidos en la medicación.
Usar protección solar, algunos medicamentos de los que tome hace que tenga más sensibilidad al sol.
Si está tomando otra medicación o piensa tomarlos debe consultar porque pueden haber interacciones entre ellos.
Cuídese y piense que seguir los consejos y las visitas con su equipo de salud le ayudarán a una mejor recuperación. No dude en consultar todas las dudas o temores con ellos.
Sociedad Española de Neumología
Centros para el control y prevención de enfermedades
La Organización Mundial de la Salud